martes, 1 de febrero de 2011

El Impresionismo

- Definición y características:


El impresionismo es una corriente artística surgida en el siglo XIX. Los pintores impresionistas retrataban objetos de acuerdo a la impresión que la luz produce a la vista y no según la supuesta realidad objetiva.
El movimiento impresionista se desarrolló en Francia y luego se expandió a otros países europeos. Al plasmar la luz en los cuadros, se dejaba de lado la identidad de aquello que la proyectaba.
El impresionismo muestra una preponderancia de los colores primarios, utilizados sin mezcla. Los tonos oscuros, en cambio, no son usuales. Los impresionistas postularon los principios del contraste cromático, que suponen que cada color es relativo a los colores que le rodean.
Los artistas impresionistas, por otra parte, solían pintar sin intención de ocultar las pinceladas fragmentadas. De esta forma demuestran cómo, bajo ciertas condiciones, la perspectiva permitía que distintas partes inconexas dieran lugar a un todo unitario.




- Autores destacados: Monet, Sisley, Pissarro, Manet, Degas y Renoir.

  • Monet: Todas sus obras poseen un elemento infaltable: el agua. A él, le fascinaba y le interesaba mucho el efecto de la luz en el agua y plasmarlo en el lienzo. Así su técnico con el agua fue mejorando.


"Terrace at St. Adresse" (1866)

Análisis:
Este cuadro transmite mucha serenidad ya que sus personajes están calmos, descasando, en un dia soleado, frente al mar. El efecto de la pincelada en este, es lo que le da ese toque de distinción; y en compañía de veleros que proyectan su sombra sobre el mismo. . Toda la posee una gran definición de formas y detalles, siendo muy agradable a la vista.

"Water Lily Pool"
Análisis:
En esta obra juega un papel muy importante la pincelada, la cual marca con firmeza la naturaleza que se encuentra plasmada en el lienzo.
El artista maneja los colores fríos como son el verde y el azul, dado toques cálidos con el rojo en las flores acuáticas.
Esta obra parece ser sacada de un pantano, un lago o una selva.







The Thames and the Houses
of Parliament, London (1871)



Análisis:
Esta obra, es una obra que transmite serenidad, en la cual se muestra al rió ingles, Tames en una puesta del sol, con unos pocos barcos que lo navegan.
El artista supo, plasmar muy bien el efecto de luz del Sol sobre el rio calmo. Las sombras del muelle sobre el rio dan un toque muy especial a la obra.


  • Sisley:
Inundación en Port-Marly(1876)

Análisis: Esta localidad, Marly-le-Roi, donde Sisley residió un tiempo, sufrió en el año 1876 unas fuertes inundaciones. El artista las representó en cuatro de sus lienzos.
En esta escena, el agua ya ha sido retirada casi al completo, pero Sisley reproduce los reflejos de la casa de la izquierda y los árboles de la derecha sobre el agua. Consigue crear una atmósfera transparente mediante el empleo de una pincelada diluida.



Meandro en el río Loing. Verano (1896)
Análisis: Meandro en el río Loing, Verano estudia las orillas del río Loing. En primer plano aparece el meandro, con una vegetación poco densa y una figura humana, mientras que en la zona más alejada se concentra la zona boscosa.

Claro de un bosque (1895)
Análisis: El lienzo es un estudio del paisaje rural. Se observa en la parte izquierda un camino y a la derecha, un trigal segado, un caballo, una carreta y los almiares.
La escena reproduce una jornada de trabajo bajo el sol de mediodía. En primer plano se encuentra una campesina con el rastrillo en la mano, descansando en la sombra de los árboles.


  • Pissarro:

Castaños en Osny
Análisis: En esta obra, Pisarro presenta a unos campesinos realizando las tareas agrícolas. La escena queda enmarcada por castaños a ambos lados. La sensación de profundidad se consigue a través de la iluminación. Predominan los tonos cálidos y la pincelada rápida.


Diligencia a Louveciennes
Análisis:
Representa una diligencia que se dirige a Louveciennes. El momento elegido es una tormenta, en concreto, el instante posterior a la lluvia. Las figuras que aparecen llevan un paraguas para protegerse del agua.
Los tonos utilizados son oscuros y la pincelada es rápida y empastada.







Bulevar de Montmartre
Análisis: La serie del bulevar de Montmartre, de París, es un ejemplo de sus escenas urbanas. Representa la misma vista del bulevar bajo distintas condiciones de iluminación y atmosféricas.
En Boulevard Montmartre, elige los últimos rayos del sol del atardecer. Mientras algunos de los edificios están en sombra, otros permanecen iluminados, jugando así con los contrastes lumínicos. El boulevard aparece lleno de transeuntes y carruajes, creando un efecto de movimiento urbano.
Completa la serie con la mañana invernal, la mañana grisácea o el efecto nocturno.


  • Manet:


Desayuno sobre la hierba (1863)
Análisis: El cuadro representa un desayuno o almuerzo en un bosque, cerca de Argenteuil. En esta obra, Manet realiza un desnudo en un paisaje. La mujer desnuda es su modelo favorita, Victorine Meurent, y junto a ella están al escultor holandés Ferdinand Leenhoof y su propio hermano, Gustave. Se encuentran entre los árboles y, al fondo, sitúa a otra joven que sale del baño.
El cuadro fue muy criticado por el público. Aunque las escenas del ocio en el campo no eran una novedad, resultó chocante el contraste entre la desnudez de la joven y los dos hombres que la acompañan.



Olympia (1863)
Análisis: Se inspira en la Venus de Urbino de Tiziano, pero Manet sustituye a la diosa veneciana del amor y la belleza por una prostituta parisina, desnuda y tumbada sobre un diván. La modelo es Victorine Meurent.
Le acompaña su dama, una mujer negra con un ramo de flores, cuyo rostro se confunde con el fondo oscuro y contrasta con los tonos claros de su vestimenta. A los pies de Olimpia aparece un gato negro, que es símbolo de la ambigüedad, de la inquietud y de las relaciones promiscuas y eróticas. A través del predominio del blanco y el negro consigue crear un ambiente íntimo y sensual.
Su Olimpia resultó escandalosa ante los críticos de la época, ya que no aparece ni idealizada ni avergonzada con su trabajo.



Retrato de Émile Zola
Análisis: Émile Zola era un gran aficionado a la pintura y defendía a los pintores que eran rechazados por la crítica oficial. En 1866, Zola alabó a Manet, y éste, en reconocimiento por el apoyo, le dedicó este retrato.
Se representa al escritor sentado ante un escritorio, con un libro en la mano y sobre la mesa, está el folleto azul que el escritor había redactado para defender a Manet.




  • Degas:

Clase de danza

Análisis: Se trata de una composición cuidadosamente construida. En el centro del salón, se encuentra el profesor de danza, que se dirige a la bailarina enmarcada por la puerta, mientras que en el fondo, otras bailarinas hacen sus ejercicios de estiramiento.
Consigue dar una gran sensación de perspectiva y de profundidad a través de la muchacha que está de pie, al fondo, con los brazos en jarra, repitiendo la pose de la bailarina del primer término. Logra crear una diagonal que sigue la línea del entablado del suelo.
El contraste entre el espacio vacío de la parte inferior derecha del lienzo es un recurso muy utilizado por el autor, así como la composición diagonal, que conducen la mirada hacia el fondo.
El número de tonos es muy reducido. El color predominante es el blanco de los vestidos, que contrasta con los vivos colores de los
lazos.



Ensayo de ballet en el escenario

Análisis: Degas se sitúa en uno de los laterales del escenario para mostrarnos un ensayo. Reproduce los instantes previos al inicio, el momento en el que las bailarinas calientan de forma individual.
Las muchachas se van sucediendo en profundidad, distribuyéndose ordenadamente sobre el escenario. Juega con la luz creando fuertes contrastes entre las zonas iluminadas y las ensombrecidas.Fue un gran observador de la mujer, por eso en sus obras, no sólo aparecen mujeres vinculadas al mundo del espectáculo, sino que también las encontramos en sus quehaceres cotidianos, como es el caso de las sombrereras, de las planchadoras y de las lavanderas. De esta manera, ofrece diferentes imágenes de las clases sociales femeninas de finales del siglo XIX.



La sombrerería

Análisis: Es un retrato de las damas de la burguesía, que contrasta con las trabajadoras. Las burguesas, con abrigos y elegantes ropas, se prueban un nuevo modelo de sombrero. Mientras tanto, la sombrerera, sujeta dos modelos más para que la dama realice tranquilamente su elección.
Elaboró también un conjunto de óleos y pasteles dedicados a la figura femenina desnuda. Como deseaba pintar desnudos sin alejarse de la verdad, representó a un buen número de mujeres en las situaciones más íntimas, en el momento de bañarse o de secarse. Captó las poses más insólitas, naturales e instantáneas y eliminó el deseo. No se esforzó en hacerlas seductoras, sino que las despojó de todo su atractivo sensual y erótico.




  • Renoir:

Almuerzo de remeros (1881)
Análisis: El cuadro muestra un grupo de amigos de Renoir descansando en una terraza sobre el río Sena. El pintor y el mecenas, Gustave Caillebotte están sentados abajo a la derecha. En el fondo se vé a la futura esposa de Renoir, Aline Charigot, jugando con un pequeño perro.
En este cuadro Renoir capturó una gran cantidad de luz. Como se puede apreciar, la mayor cantidad de luz viene de la gran abertura en el balcón, atrás del hombre en camiseta y sombrero. Las camisetas de ambos hombres en el fondo y el mantel de mesa actúan en conjunto para reflejar esa luz y enviarla a través de toda la composición.



Las grandes bañistas
Análisis: En "Los Grandes Bañistas" Renoir hace un contorno neto, una materia lisa y un reparto de la luz uniforme. El dibujar las formas con más rigor, los colores se vuelven más fríos. Él deseaba que las formas femeninas fueran más talladas, estructuradas. Los cuerpos se vuelven más importantes que los decorados, como si estos conservasen un papel por jugar. El decorado no es más que un primer plano.






La primera salida

Análisis: Está realizado al óleo sobre lienzo. Se describe en este cuadro la emoción y la vida social que representaba un teatro de ópera en la época. La mitad derecha está dedicada a dos jovencitas que, desde la intimidad de su palco, contemplan la actividad en los otros palcos, que se desarrolla en la mitad izquierda de la pintura.
Su clara piel juvenil y el cabello pelirrojo contrasta con el sombrero azul y el vestido de color oscuro.

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